Tomado de absolutbadajoz.com
No he dejado de correr. No, no crean que me rendí. El reto sigue intacto, pese a que no me haya dado el tiempo para postear.
El tiempo pasa, el desafío se aproxima y tal como dijo Steve Jobs, tan recordado estos días luego de su muerte, solo se pueden unir los puntos de las historias personales cuando se mira hacia atrás.
Y miro atrás y recuerdo cuando por primera vez quise correr y solo pude hacerlo por tres minutos. Sentía que moría, que el corazón estallaba, que el oxígeno huía. Fueron solo tres minutos. Hace catorce días corrí 4 horas y 12 minutos una distancia de 30 kilómetros y ahora me enfrentaré a 32.
Miro atrás nuevamente. Y recuerdo cuando la carrera larga, la extenuante, era de 5 kilómetros. Y encuentro que ahora, semanalmente, la carrera benigna, la suave, es de 8 y tengo otra de 12 y una más que supera, in crescendo, la media maratón desde hace tres meses, casi todas las semanas. Uno los puntos, ato el presente al pasado y veo un cambio mental muy fuerte, intenso.
Pero tengo miedo. No puedo dejar de admitirlo. Y he aprendido de él. Como el día en que conocí de cerca lo que en el mundo de los runners se llama "la pared", en que casi me desvanezco luego de correr 28 kilómetros en una carrera mal preparada, con pocas horas de dormir y sin haber comido los suficientes carbohidratos la noche anterior, ni haber ingerido los gels necesarios durante la carrera. Aprendí que, en este asunto, la confianza no puede ir de la mano del desorden.
Tengo miedo, pero lo enfrento día a día. A veces con risas cuando algún incrédulo bromea y dice que no cree que corra o que pueda terminar un maratón de 42,2 kilómetros.
El maratón es una metáfora de vida. Es el esquema de los dos caminos abiertos frente a uno como opción vital: uno es fácil, el otro terrible. Cuando corro y siento que mi ritmo decae, que llegan, como ladrones, las dudas, me pongo a bucear por los mantras internos. Busco, rebusco, vacío recuerdos, personajes, memorias, y a veces me quedo con una sencilla pregunta, tan simple como contundente: ¿Quién te dijo que correr un maratón es fácil?
Es que correr es adictivo, son tres minutos ahora y luego ya queremos estar en una maratón. Y aunque no es fácil, queremos hacerlo. Y luchar por ello es de lo mejor. Me gustó lo que escibriste.
ResponderEliminarSolo quería decir que te mencioné en mi blog. http://runningandsmiling.tumblr.com/
ResponderEliminarExcelente! compartimos el mismo sentir
ResponderEliminarGracias, Gabriela y Andrea por sus comentarios. Y L, muy halagado por tu mención en tu blog. Seguimos adelante!
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